Slow food y Nutrición Holística

Muchos de nuestros problemas de salud mejorarían mucho si adaptáramos nuestra dieta. En general no nos cuidamos nada. Bebemos, fumamos, ingerimos grandes cantidades de carne, muchos alimentos envasados, comida rápida etc…
El modo de vida que llevamos actualmente basado en el fast food, y no me refiero a las hamburgueserías y a su comida rápida, si no a no dedicarle el suficiente tiempo ni a la compra ni a la comida, nos hace que cada vez dependamos más de alimentos de rápida preparación y consumo.
Este apartado de nutrición y salud va muy ligado a otros apartados en este blog, como el de agroecología, el de sociedad y el de consumo.
Que la salud está muy unida a la nutrición no es algo nuevo. Desde hace un tiempo venimos oyendo que “somos lo que comemos”.
Una gran parte de causas de enfermedades vienen por la calidad y la cantidad de alimentos que ingerimos.
Está claro que no es sólo esto, también influye el hacer ejercicio moderado, el aire que respiramos y las sustancias químicas que ingerimos, bebemos e inhalamos; además de que ya hay importantes estudios que relacionan el estado anímico y las emociones con las enfermedades. Bien, en este apartado intentaré tratar todos estos temas.

Primero hay que comenzar por el principio y para que comprendan muchas de mis afirmaciones, he de presentarles, si no lo conocen ya, a uno de mis gurús: Andreas Moritz. “Terapeuta nacido en el  suroeste de Alemania en 1954. Él mismo tuvo que lidiar con varias enfermedades graves desde joven, lo que le obligó a estudiar la dieta, la nutrición y los diversos métodos de curación naturales, mientras que aún era un niño, para poder sanarse. Con 20 años, Andreas había completado su formación en Iridology - la ciencia del diagnóstico e interpretación de los ojos  - y Dietética.  En 1981 comenzó a estudiar medicina ayurvédica en la India y completó su formación como profesional cualificado de Ayurveda en Nueva Zelanda en 1991.En su práctica integra disciplinas como el Ayurveda, la Iridología, Shiatsu y la Medicina Vibracional, es también escritor, ha escrito varios libros; “El cáncer no es una enfermedad”, “ Los secretos eternos de la salud” y “Diabetes:nunca más” entre otros; y además es artista, creador del Ener-Chi art".

Hace un par de años llegó hasta mí a través de una gran amiga el libro: “Los secretos eternos de la salud”. Éste me abrió mucho los ojos ante muchos temas. Y como me ha sucedido en otras ocasiones; mucho de lo que dice en este libro, de alguna manera o de otra, ya lo sabía o lo presentía. La sensación al leerlo en muchos casos es como una afirmación de mis ideas, aunque nunca nadie me hubiera hablado de esos conceptos. Para mí, muchos de ellos son de sentido común y de una lógica aplastante. Estoy segura de que si la gente lo lee con el corazón, le sucederá lo mismo.



1)      Lo primero sería analizar qué es La Enfermedad.


Una enfermedad es, según Andreas Moritz:

La enfermedad es una crisis de toxicidad, el intento del cuerpo de volver a un estado de equilibrio llamado homeostasis.  Esta curación o crisis de toxicidad tiene lugar cuando las toxinas del cuerpo alcanzan cierto grado de concentración, que en este contexto denominaremos tolerancia. Las toxinas son sustancias producidas internamente o aportadas desde el exterior que tienen efectos nocivos en los sistemas orgánicos del cuerpo (…).Entre las toxinas encontramos los aditivos alimentarios, la contaminación ambiental, los residuos del metabolismo y la toxicidad generada por las bacterias que descomponen los alimentos no asimilados en el sistema digestivo. Cuando el cuerpo supera su nivel de tolerancia a las toxinas, lo manifiesta con algún dolor u otras formas de malestar. Esto hace que los órganos y los sistemas de eliminación del cuerpo y el sistema inmunológico emprendan la defensa del organismo”

Entonces si la enfermedad no es más que una respuesta del cuerpo a la exposición masiva de toxinas, entendemos que lo principal sería comenzar por intentar tener el menor contacto con dichas toxinas, además de hacer una limpieza para eliminar esas toxinas.

Y el dolor: ¿Es bueno o malo?
“… Cuando está enfermo, el cuerpo puede requerir señales de dolor para provocar la respuesta inmunológica apropiada con vistas a eliminar las toxinas de una zona concreta y evitar que el individuo siga haciéndose daño.El dolor No es una enfermedad y no debe ser tratado como tal…”

Así que el dolor es algo bueno ya que es una respuesta defensiva de nuestro organismo, lo mismo que la fiebre.

Llegados a este punto nos toca reflexionar entonces sobre la medicina actual. La medicina actual basa todos sus métodos en el tratamiento de los síntomas, pero escasas veces analiza o intenta encontrar el porqué de una enfermedad. El cuerpo no es percibido como un todo, y vuelvo a  citar a Andreas Moritz:

“Durante una crisis de toxicidad, la mayoría de la personas suelen asustarse y acudir al médico, quien de modo inmediato intenta suprimir los síntomas de la respuesta curativa del cuerpo, la mal llamada enfermedad…La medicina moderna contempla cada conjunto de síntomas como si fueran diferentes enfermedades, cada una de las cuales requiere un tratamiento o especialista diferente. Esto hace que los diagnósticos médicos o los tratamientos sean tan complejos que ni los médicos saben a ciencia cierta qué tienen que hacer”.


¿Y por qué la medicina actual sólo trata los síntomas? Uno de los pilares de la medicina actual es la industria farmacéutica.

La industria farmacéutica está formada por grandes corporaciones multinacionales cuyo negocio se encuentra en las enfermedades. Muchas de estas multinacionales cotizan en bolsa y sus acciones suben cuando anuncian que han encontrado un medicamento para tratar una enfermedad. Así que el negocio para ellos está mientras sigan creando medicamentos para tratar enfermedades. Ojo, pero no medicamentos para curar enfermedades. Si encontraran la solución al cáncer este dejaría de ser rentable. De la misma forma, no apoyan la prevención de las llamadas enfermedades porque supondría la quiebra total de sus negocios. Sus beneficios dependen de la patentabilidad de sus medicamentos. Una industria que actuara de buena fe para salvar la vida de la gente, no impondría unos precios impagables a ciertos medicamentos que “en teoría” pueden salvar la vida de muchas personas, como por ejemplo el VIH en áfrica.

La industria farmacéutica patrocina a muchos médicos, les subvenciona sus investigaciones y trabajos a cambio de recetar siempre sus medicamentos. ¿Nunca se ha preguntado por qué unos médicos recetan unas pastillas y otros médicos otras?

La industria farmacéutica tiene como uno de sus objetivos el de controlar los sistemas sanitarios de todo el mundo mediante la sustitución de las terapias naturales no patentables por sustancias sintéticas patentables, y por tanto, lucrativas.

Para cometer estos delitos, las empresas farmacéuticas se sirven de un laberinto de ejecutores y cómplices en el mundo de la ciencia, la medicina, los medios de comunicación y la política. Los gobiernos de naciones enteras son manipulados o incluso dirigidos por miembros de grupos de presión y antiguos ejecutivos de la industria farmacéutica. Durante varios decenios, se ha corrompido y abusado de la legislación de naciones enteras para fomentar este "negocio con las enfermedades", valorado en miles de billones de dólares, arriesgando así la salud y las vidas de cientos de millones de pacientes y personas inocentes. http://www.voltairenet.org/article124297.html